miércoles, 23 de noviembre de 2011

5. Tamara.

El bocadillo del bar estaba frió. Aun no había hablado enserio con Gemma de su cambio radical, de tener ese rostro algo apagado, que aunque ella intentaba parecer feliz y despreocupada se notaba que en el fondo no estaba del todo tranquila y me dolía verla así, a ahora estar tan radiante. La ventaja de conocerla desde hace bastante tiempo es que podía ver mas allá de esa capa de completa felicidad en la que se envolvía que quizás para tranquilizar a sus padres y que pensaran que cumplían bien su papel funcionaba, pero no era lo suficientemente estable para que yo, su mejor amiga, viera destellos de tristeza y un poco de soledad. Pero hoy, hoy era diferente no había capa, ni envoltura superficial todo su ser radiaba felicidad. Y tenia que saber a que se debía su estado de ánimo, aunque la verdad es que tenía una ligera idea.
-¿Que te parece si me presentas a Miguel? Ayer tan eufórica y hoy ni me lo has mencionado.- Como se lo iba a nombrar si, sentadas en un banco del patio, mi cabeza solo podía pensar en ella y nada, ella no sacaba el tema.
-Vale, creo que se suele sentar solo en el banco de al lado de la biblioteca.
El patio de mi instituto era bastante grande, lleno de bancos donde la gente se sentaba con sus habituales grupitos para hablar de todo tipo de preocupaciones típicas de nuestra edad. Tenia árboles y platas por todos lados que le daban el toque natural y verde que a mi tanto me gustaba, la biblioteca estaba en la otra punta del patio, lo mas lejos posible de nuestro banco que estaba enfrente de las canchas de fútbol, porque evidentemente era ahí donde podíamos ver a los chicos jugando a fútbol y comentar el físico y vida social del tío bueno de turno.
En ese momento me di cuenta de que Gemma estaba mirando en dirección al banco de los chicos de 1º de bachiller y es mas me parecía que le estaba sonriendo a uno de ellos, ¿pero a quien? no me había dicho nada. Pero en eso momento Marcos, el chico más guapo y atractivo de todo los sentados en el banco se levantó con una sonrisa y se dirigía hacia nosotras. No lo entendía, Gemma nunca me había hablado de él y no creo que se sonrieran así de esa manera si no se conocían, por lo menos. Él chico se dirigía a nosotras, obviamente. Andaba de una forma totalmente natural y relajada, con una sonrisa en el rostro que dejaba ver unos dientes perfectos y blancos. Tenia un pelo que le sentaba muy bien, algo más largo que la mayoría de los chicos, se podría decir que era una melenita corta de un color negro oscuro que hacia que el color verde claro de sus ojos destacara más. Iba vestido con una camiseta de manga corta negra que resaltaba sus músculos. Ya estaba casi enfrente de nosotras a si que no era momento de pedir explicaciones a Gemma sobre que era lo que estaba ocurriendo y que iba a pasar, así que le dije en un susurro breve:
-Te voy a matar.
Ella me miro durante un segundo y soltó una risita, que dejo ver lo nerviosa que estaba. Cuanto tiempo hacia que no le veía perder así el control absoluto de todas las situaciones. Marcos ya estaba delante nuestro con las manos en los bolsillos, mirando fijamente a los ojos de Gemma. Si era lo que yo pensaba, hacían una muy buena pareja.
-Hola. -Dijo Marcos, en este momento la situación era extraña, no tensa, pero ninguno sabíamos que tocaba hacer. ¿Ponía una excusa y los dejaba solos? ¿Era eso lo que querría Gemma? ¿O me mataría después?
-¿Lo de esta tarde sigue en pie?- ¿Que iba a pasar esta tarde? ¿Cuantas cosas más no me había contado Gemma?
-Por supuesto, pero no me has dicho ni la hora ni el lugar.- En ese momento Gemma estaba sonriendo, feliz, mucho mas guapa y atractiva, si es posible, que esta mañana.
-Pues no se... podemos ir al Cine Cite. ¿Que te parece a las seis?- En ese momento yo no existía, miraba atónita como Gemma planificaba su cita con Marcos, ninguno de los dos me prestaba la menor atención, seguramente podría haberme ido y ellos seguir sin darse cuenta.
-Cuando quieras, no tengo nada mas que hacer esta tarde.- Y creo que aunque lo hubiera tenido no le hubiera importado lo más mínimo en este momento.
-Vale, quedamos en la puerta del instituto.
En ese momento algo extraño paso, Gemma asintió con la cabeza y cuando ya daba la conversación por concluida Marcos se acerco más a ella y acerco sus labios a los de ella, poniéndole una mano, delicadamente, por detrás de la cintura. Por la cara de sorpresa que tenía esto le había pillado tan desprevenida como a mí. El beso fue un simple roce de labios, corto y delicado. Pero a mi me había dejado con la boca abierta. ¿Esto a que se debía? Una cosa es que se le hubiera olvidado contarme que había quedado esta tarde pero ¿desde cuando estarían saliendo? ¿Porque estaban saliendo, no? Entonces Marcos se separo un poco y se dedicaron una silenciosa sonrisa de complicidad. Vale, estaba claro me tenia que haber ido. Marcos comienza a irse pero antes de alejarse se gira y se despide con un <Hasta esta tarde Gemma, y… adiós, Tamara>.
-¿Que ha sido eso?-Le pregunte a Gemma, tenia tantas preguntas en ese momento en mi cabeza que no sabia por donde empezar...
-No lo se - Suspiró y se echo a reír tímidamente, mientras fijaba su mirada en los ojos de él, que aun seguía atento de sus movimientos.- Bueno, ¿vamos a buscar a Miguel o que?
-Primero creo que me debes una explicación, pero vámonos a otro lugar que aquí va a ser bastante difícil que me hables mirándome a los ojos.-Acto seguido la enganche del bazo, como había hecho el día anterior, solo que esa vez no salí corriendo. La senté en un banco que había al lado en la biblioteca y me coloque a su lado.
-Y bien...- La miraba con una falsa cara de enfado, intentando ocultar la alegría y sorpresa que en el fondo sentía de verla en esa situación. Saliendo de su nido de miedos y preocupaciones para adentrarse en un lugar que hacia tiempo que ninguna de las dos pisaba.
-Pues que ayer me invito a ir al cine y estuvimos hablando toda la tarde por el Tuenti. No sabes lo simpático que es. Ya sabes yo que apenas estoy diez minutos conectada, me pase toda la tarde. De cinco a doce sin moverme de la silla.
-Y no me lo habías contado -Le devuelvo el cariñoso puñetazo que esta mañana ella me había dado- Vale, ¿Pero y el beso?
-No lo se -Las dos nos reímos, y en ese momento me di cuenta de que un chico estaba saliendo de la biblioteca, era Miguel.
-Miguel.-Chille con la intención de que me oyera y se dirigiera hacia nosotras. Pero el chico movía la cabeza en busca de la persona que le había llamado pero no daba con ella. Yo comencé a agitar mi mano hasta que al fin nos localizo. Se acerco hacia nosotras.
-Hola ¿que tal?
-Bien, es que quería presentarte a mi amiga Gemma.
Y allí sentados en un banco al lado de la biblioteca y debajo de un árbol que nos proyectaba su sombra ninguno sabía la fuerte unión que se iba a crear. Aunque todo empezó entre risas y temas irrelevantes. ¿No es así como empiezan muchas relaciones? De la manera más estúpida, sin esperar ni querer nada más que cinco o diez minutos de fácil entretenimiento. Pero con el tiempo los lazos se estrechan y se solidifican, en ocasiones más de lo que uno en principio desearía…


1 comentario:

  1. Hey :)
    Solo he leído el primer capitulo y está muy bien, me ha gustado bastante; el problema es que los capítulos son muuuuuuy largos.
    si no te importa te aconsejo que o los escribas más cortos o que los publiques en dos partes porque sino los nuevos seguidores al ver que tienen que leer tantísimo, algunos ya, ni se animan porque les da pereza.
    De todas formas muy bien, me gusta, seguiré leyendo :)
    Un beso!

    Te dejo mi blog:
    http://unestallidodecolor.blogspot.com/

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