Avenida del Cid.
Bueno ya era mi parada, era una lástima, con lo bien que me lo estaba pasando, pero además mañana lo voy a ver. Subo a la calle y me dirijo a mi casa que esta solo a unas calles de la boca del metro, por el camino voy pensando en la conversación del metro, me había dado cuenta de que aquel chico que siempre había considerado reservado y soso, en realidad era muy interesante. Me había dicho que vivía solo a dos manzanas de mi casa y que le gusta leer. Ah! y también creo que ha dicho algo de que tenia un hermano. Por primera vez en todo el trayecto del metro me he acordado de cual era la razón que me había hecho acudir con el frió que hace a la esquina del McDonals. ¿Como se me había podido olvidar que David me había dado plantón? Bueno supongo que sus razones tendría el no es un chico de esos, bueno o eso creo, porque en realidad no le conozco tanto...
Bueno por fin en casa. Nada más entrar percibo el olor a pizza de la cocina, eso significa que mi madre ya estaba en casa, y como si me hubiera oído el pensamiento salio de la cocina en mi encuentro, mi casa no era excesivamente grande pero a mi me encantaba porque apenas hacia dos años que nos habíamos mudado y mis padres me habían dejado elegir parte de la decoración de la casa, tras dar dos besos a mi madre y decirle que venia "de casa de Gemma" me dirigí hacia mi dormitorio con una única necesidad: meterme al Tuenti, en el esperaba encontrar un privado que demostrara que David no había ido por alguna razón importante. Mi dormitorio esta al final del pasillo y por suerte es mas grande que el de mi hermano. Mi hermano, seguro que ya sabia que David no había acudido, o sino me lo preguntaría y cuando supiera la respuesta se reiría de mi, ojala este con la música alta y pase desapercibida hasta la hora de la cena, o por lo menos hasta que habrá el Tuenti y lea el privado de David y le pueda explicar las razones. Mierda! De golpe la puerta de la habitación de mi hermano se abre, mi hermano sale de ella y se me queda mirando con cara de satisfacción.
- ¿Que tal Tamy? ¿Ha aparecido tu príncipe azul?- Acto seguido empieza a reírse. Aunque se burle de mi y siempre este poniéndome nerviosa Kevin es un buen hermano y aunque no lo demuestre, en ocasiones como esta, se que en el fondo me quiere.
-Kevin, ¿porque no me dejas en paz?- Había momentos en los que disfrutaba de tener un hermano mayor como él, pero claramente esta no era uno de ellos.
Kevin era un chico realmente atractivo y guapo, tenia dos años mas que yo pero aun así parecía bastante más mayor, tenia el pelo rubio y corto y solía hacerse cresta, uno de los motivos por el que todas las chicas de su curso darían lo que fuera por salir con él, pero él se limitaba a hacerse el borde y pasar un poco de todo, siempre estaba en la calle con sus amigos y las motos, pero aun así no descuidaba los estudios, se limitaba a aprobar por los pelos sin esforzarse lo más mínimo.
-Hermanita si me hicieras más caso... ya te dije yo que el Escayola no se presentaría - Una de las cosas malas de que me guste David es que es del grupo de amigos de mi hermano y eso no me hacia ninguna gracia.
- Seguro que le ha pasado algo, de todos modos yo no te tengo que darte explicaciones de nada.
Mi hermano me estaba poniendo de los nervios así que sin decir nada más me metí en mi cuarto y cerré la puerta. Mi cuarto era bastante grande y tenia lo básico, dos armarios uno al lado de otro, en frente de la ventana, en un de ellos la puerta servia de espejo, tenia una cama al lado de la ventana con una mesilla de noche, y al lado un escritorio lleno de libros y mi precioso ordenador. Nada más entrar tiré el bolso encima de la cama y encendí el ordenador, menos mal que hacia poco que me lo había comprado y iba bastante rápido porque hoy no tenia paciencia para esperar a que se encendiera. Introduje la contraseña y accedí lo más rápido que pude a mi Tuenti, vi que tenia varia fotos etiquetadas, unas cuantas invitaciones a eventos y paginas y lo más importante, dos privados, de los que esperaba que al menos uno fuera de David. Al abrir los mensajes pensé en que quizás mi hermano tenia razón y no había ido simplemente porque me veía como una estúpida... pero no me iba a rendir tan fácilmente, pero ahora no estaba conectado y no le iba a mandar un privado no sea que piense que soy una pesada. Bueno, no tenía derecho a pensar que era una pesada y menos después de haberme dejado tirada como había hecho esta tarde. Decidido, le enviare un privado. Cuando me disponía a empezar a escribir sonó el teléfono que estaba sobre mi mesilla de noche, tranquilamente me levante y lo cogí.
-¿Si?
-Hola Tamy, siento no haber contestado tu mensaje es que me quede sin saldo y hasta que no he llegado a casa no te he podido llamar- Era Gemma, mi mejor amiga de siempre, esa chica simpática que sacaba tan buenas notas, además de ser muy buena persona era muy guapa, rubia con el pelo largo y el flequillo de lado, como la mayoría de las chicas de mi clase, y pese a esto últimamente no estaba teniendo mucha suerte con los chicos.
-No te preocupes, y por cierto, ¿donde estabas?
-Es que había salido ha hacer la compra, que no había nada para cenar... Bueno pero ese no es el tema, si ya estas en casa debo suponer que David no a aparecido ¿verdad?- Me tumbo en la cama porque la conversación iba para largo. Le voy explicando todo y hasta le cuento que me había encontrado con Miguel, una vez acabado el relato decido cortar, más que nada, porque mi madre ya estaba pegando gritos para que acudiera a cenar.
Durante la cena Kevin no hizo ningún comentario respecto al ocurrido de esta tarde aunque seguro que interiormente estaba muy orgulloso de haber adivinado la actitud de David, pero en ese momento lo único que me apetecía era irme a dormir, que es lo que hice, me levante fregué mi plato y me metí en mi cuarto, entonces recordé que mi ordenador estaba encendido, cuando me dispuse a cerrarlo me di cuenta de que alguien me había hablado. Era David.
-Hola!
-Hola, ¿porque no has venido esta tarde?- Escribí lo más rápido que pude porque el mensaje lo había escrito hace cinco minutos y quizás ya estaba cerrando.
-Por fin... Es que tenía médico y se me olvido decírtelo y cuando me he acordado no tenia tu número ni estabas ya en el Tuenti- Suspiro. Menos mal, algo así pensaba yo que sería, ya sabia que mi hermano se iba a tragar sus palabras porque, ya se que no ha aparecido, pero tenia excusa.
-Pues vaya...
-Lo siento, ¿que te parece quedar el jueves que viene?
-Mmmm... Creo que si que podré :) - Síiii! pero no podía decírselo así porque parecería una desesperada tenia que hacerme de rogar. Sonrío.
-Bueno me tengo que ir, ¿mañana hablamos? Te quiero.
-OK. Y yo - Como podía ser tan tonta, cada vez que en la pantalla de mi ordenador aparecían esas dos palabras, escritas por él, evidentemente, se me cortaba la respiración y se me aceleraba el pulso. Quizás era una exagerada, seguramente, pero yo era así de apasionada y en ocasiones demasiado impulsiva.
Cerré el ordenador y me fui a dormir con una sonrisa en la boca, que aparecía allí últimamente todas las noches.
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